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Asesino silencioso

¿Hay algo más canalla y cobarde que colocar carne con veneno en un parque público? ¿Hay un acto más mezquino e indiscriminado que exponer a una muerte lenta y agónica a decenas de animales inocentes? El jueves nuestros perros Tiza y Matxin sufrieron por 2ª vez en menos de 1 año un envenenamiento deliberado del que, por suerte y tras muchas horas de angustia y cuidados intensivos, salieron adelante. Resulta increíble la pasividad con que autoridades y políticos soslayan el problema, que ha sido llevado al Parlamento por nuestra organización Basati, quedando olvidado en algún cajón de algún bonito despacho tras ser recogido con bonitas palabras vacías y falsas promesas. Resulta grotesco que en este país sea más fácil comprar un kilo de veneno que una caja de antibiótico o un litro de gasolina. Resulta insultante que el envenenamiento de fauna de mayor envergadura (187 rapaces) llevado a los tribunales en la historia de este país haya ocurrido en Navarra hace más de 4 años y aún sigamos a la espera de juicio, mientras los canallas que lo perpetraron continúan cazando impunemente en el mismo coto. Señores políticos: ¿hace falta una víctima humana para que pongan un mínimo de interés en erradicar esta lacra? Nosotros ya hemos hecho nuestro trabajo sacando adelante a estos y otros animales, así como advirtiendo de la amenaza y proponiendo medidas para cambiar la ley. ¿Cuándo esperan ustedes hacer el suyo?