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Agradecimiento

El pasado 24 de diciembre, por la mañana, sufrí un infarto cuando daba un paseo en bici con un buen amigo mío a la altura de Aibar. Éste actuó rápido (enseguida paró a un coche, al que dijo que llamara urgentemente al 112 y, mientras tanto, me hizo la reanimación cardio pulmonar como pudo).

Afortunadamente, pasaron por el lugar dos vehículos en los que viajaban dos personas con conocimientos en este tipo de reanimación, lo cual, unido a que en 10 minutos llego la ambulancia de los bomberos de Sangüesa, y valiéndose del desfibrilador, consiguieron me recuperara de la parada cardiorespiratoria. Posteriormente fui trasladado en helicóptero al Hospital de Navarra, donde me atendieron de maravilla.

Me gustaría agradecer a través de estas líneas a todas las personas que hicieron posible que hoy pueda redactar este escrito de agradecimiento: a mi amigo, a los ocupantes de los dos vehículos que pararon para socorrerme mientras llegaba la ambulancia de los bomberos de Sangüesa, al servicio de bomberos de dicha localidad, al helicóptero del Gobierno de Navarra, y a los magníficos profesionales del Servicio Navarro de Salud.

Por último, y para terminar, entiendo totalmente imprescindible se impartan cursos de reanimación cardiopulmonar y ayuda en atragantamientos en colegios, clubes deportivos, asociaciones etcétera, pues se trata de algo sencillo pero que si no se tienen conocimientos llegado el momento es la fina raya que marca la línea entre la vida y la muerte.

Gracias a todos.