Porque digo que no voy a leer y no me hago ni caso, en un diario de aquí al lado semejante noticia en titulares, en primera plana como la película de Billy Wilder “que la presidenta Barkos cobra 71.986,00 euros” y ¿que tiene en la cartilla de ahorros 6.000,00 euros?

¡Jodé, qué potra! ya podría yo tener 6.000,00 euros en la cartilla de la Caja de Ahorros Municipal de Pamplona, aunque solo fuera en sellos pegados. También nos detallan que la presidenta tiene un Seiscientos en el taller y que se parece a un Mini con un seguro de menudo plan de pensiones aparte del de decesos. Para darnos más crucifixión, nos explican otra vez las retribuciones de los altos cargos del gobierno y los que no son gobierno, o sea, Los otros de Amenábar. Ahí tienes a la presidenta de la Cámara de Comptos que pasará a ganar el año que viene 84.380,00 euros como si fuera una estrella de Hollywood.

Pero qué le importa a nadie esas pijadas con la pobreza severina que hay en latín allí por donde pases, por esa razón no detallo los salarios de los directores gerentes de las empresas públicas porque me entra un miedo azul que lo flipas.

Qué interés pueden tener estas noticias si cuando han estado gobernando los de palacaguina eran como Los gemelos golpean dos veces, vamos, que prefiero que sea presidente el crío ese de la profecía que tiene una mala uva que no hay un hombre llamado caballo que lo soporte. A lo que voy, que me lío, ya vale de publicar tantas chorradas de que unos tienen un botín de 500.000 dólares y de que otros son amigos del ladrón de bicicletas, un poco más de seriedad, que para eso habéis estudiado una carrera del siglo en la uni y los demás nos hemos conformado con ir a aprender a la escuela de Amarcord.