Leo una carta de un señor que vive en Cizur y que pasea o camina por la carretera hacia Pamplona. Se queja de los peligros de la falta de luz en el atardecer. Pero no es eso de lo que voy a escribir.
Hace tres o cuatro años escribí un artículo didáctico explicando que casi todos los ríos navarros discurren de norte a sur a desembocar en el Ebro y, por tanto, en el Mediterráneo. Los otros, más cortos, discurren de sur (de la divisoria prepirenaica) hacia el norte, y por lo tanto desembocan en el Cantábrico. Quedan unos poquitos que discurren de oeste a este, como el Araquil (Arakil), o de este a oeste como El Sadar (por eso no va al revés)
Nací en Echavacoiz en 1944, cuando no era Pamplona, y allí viví 16 años. Mi padre nos llevaba a toda la tropa de hijos y sobrinos a bañarnos junto a la huerta del Moreau (también se decía la huerta del Moro, por eso me gustaría que alguien investigara si no vendría del apellido francés Moreau) en el río Elorz que viene de Esquíroz, nace en las laderas oeste de Loiti, y al menos desde Imárcoain discurre de sur a norte hasta recibir al río Sadar, como afluente, detrás de las casas de la familia Echániz, por eso ese río ha sido llamado al Revés, porque va en sentido contrario a todos los ríos navarros que desembocan en el Ebro
El caminante de Cizur pasa primero por encima de la vía, luego por el puentecillo sobre el río Elorz, viendo a mano izquierda el puente viejo, y finalmente sobre el río Sadar, a quien él y otros muchos errados llaman Al Revés adentrándose en el campus de la Universidad de Navarra.