Problemas de aparcamiento
Empiezo esta carta mostrando la gran impotencia que siento al observar y sufrir en primera persona el resultado de las decisiones del departamento municipal de nuestro Excelentísimo Ayuntamiento de Pamplona, al cual compete la gestión del estacionamiento vial y organización del espacio público, en cuanto a vehículos se refiere, y más en concreto, en cuanto a las zonas reguladas mediante estacionamientos controlados por tiempo y el gran despropósito que se está realizando con las mismas.
Soy residente del Casco Viejo, además de llevar años teniendo muy serios problemas para estacionar relativamente cerca de mi domicilio en la calle Mayor, estamos sufriendo en nuestras propias carnes cómo continúan pitorreándose en nuestra cara y expoliando nuestras cuentas con tarjetas de residente, que religiosamente tenemos que abonar a las arcas del Ayuntamiento, ¿no sé muy bien para qué? ¿Alguien sabe a día de hoy dónde van a servirnos dichas tarjetas si aun teniéndolas debemos pagar por estacionar? ¿Nadie se está dando cuenta de la farsa y del robo a mano armada que se está realizando en este ámbito? Esta medida nació como facilidad para poder aparcar los residentes de los barrios que soportaban los estacionamientos regulados para su día a día, previo pago, por supuesto.
Termino denunciando que no contentos con el horario de la Zona Roja que inicialmente se estableció (empezaba a las 10 horas), hace unos días y mediante una nota dejada en nuestros vehículos sin sello, firma ni autoría responsable de quien la dejaba (¡una verdadera chapuza!), se nos comunicaba que el nuevo horario para la Zona Roja se ampliaba a las 9 de la mañana.
Está claro que nuestro Ayuntamiento, no contento con los ingresos de la tarjetita de residente, sí o sí, tiene claro que quiere cobrar por todo y a algunos, y me explico, cada día tengo que ver atónito cómo aumentan las plazas reservadas para los empleados públicos municipales para que puedan llegar a sus puestos de trabajo aparcando en la misma puerta y por supuesto gratis, mientras nosotros, los que vivimos a diario en nuestro barrio, tenemos que irnos día tras día a aparcar a barrios colindantes y darnos una caminata como aperitivo después de largas horas de trabajo. ¡Vergonzoso!