Completamente de acuerdo con sus exigencias de todo tipo. Como dicen las feministas, nos aclaran todos los días los abusos de todas clases por parte de los hombres, sin olvidarme de los de La Manada, que todavía a estas horas no existe una sentencia firme para estos granujas y me temo que con el tiempo acabaran advirtiendo los tribunales que ha prescrito. Ahora me toca meterme con las mujeres. Ya lo hice en mi escrito publicado por mi DIARIO DE NOTICIAS el pasado 3 de febrero, domingo fiesta de guardar. Lo titulaba Gladys del Estal asesinada en Tudela. Aconsejo que, si me leen, pueden comprar el escrito en la Oficina Comercial de la Calle Leyre, 13 bajo. Me llamó la atención de manera escandalosa la actitud dolorosa de varias concejalas mujeres: Olga Risueño, Silvia Cepas y Gloria González. Supongo que después comentarán en familia la falta que hacen como concejalas. Silvia Cepas, del PSN, estaba “molesta porque alguien quiere elegir el único centro civil dedicado al medio ambiente”. Gloria González, de UPN, suelta la siguiente blasfemia: “Organizar un acto de reparación va más allá de lo que marca la ley”. El Ayuntamiento de Tudela, a través de la concejala Patricia Lorente, presentó una moción en la que pedía para la joven donostiarra un centro cívico y sobre todo retirar la dichosa medalla al Guardia Civil que asesinó a Gladys de un tiro un 3 de junio de 1979. La pregunta final. ¿Estas mujeres serán recibidas con todo el cariño del mundo por sus familiares y vecinos? No se lo merecen. También era mujer la asesinada.