Veo un debate en la red sobre el derecho a morir dignamente. Resulta insultante que en la actualidad sigan siendo ilegales la eutanasia y el suicidio asistido.

Nadie nos pide permiso para venir a este mundo. Así que, en mi opinión, tendrían que ayudarnos a irnos de él (sin dolor ni sufrimiento ni condiciones de ningún tipo) cuando lo estimemos oportuno.

La vida nos pertenece a cada uno de nosotros (no a Dios) y, por esta sencillísima razón, deberíamos poder elegir libremente el momento y la forma de poner fin a la misma.

¿Quién demonios es el Estado para decidir sobre nuestros cuerpos? Convocar a la parca cuando nos plazca, en eso consiste lo que tanto aterra a todo poder: nuestra verdadera libertad.

Ni un caso más como el de Maribel Tellaetxe.