Su iniciativa habla por sí sola. Sin nada en los bolsillos más que una consciencia clara sobre el problema del cambio climático, esta niña de apenas 16 años ha sido y está siendo capaz de mover a muchísima gente en pro de un medio ambiente para la humanidad más limpio. Asimismo, esta joven estudiante sueca ha sido capaz de buscar su propio camino a través del amor hacia este planeta. Sin embargo, es una de tantas causas que cada uno debe buscar y luchar por defender de la manera más eficaz. Desgraciadamente motivos no nos faltarán; clima, derechos y defensa de los animales, abuso de poder en todas sus formas, etcétera.

Conviene apoyar este tipo de acciones para remover conciencias, comunicando a pie de calle y compartiendo el mensaje de respeto. Un claro objetivo para evitar que llegue esa fecha crítica de no retorno, acerca de la cual la ONU habla en uno de sus últimos informes. Y las acciones diarias de cada uno, la capacidad como ciudadano, deben ser complementarias a esa acción directa sobre dicha defensa. En juego está ese futuro incierto por el que la juventud en general reclama con fuerza su derecho a vivirlo y disfrutarlo sin ningún temor.