Que nadie se asuste. Esto pasó hace muchos años, creo que fue hace 45 años. La Caja de Ahorros Municipal de Pamplona, con Miguel Javier Urmeneta como director, encargó, con cargo a sus presupuestos, facilitar juguetes a las familias más pobres. Y tampoco se me olvida las viviendas de Larraina, donde por sorteo me tocó una vivienda donde coincidí con la familia Muruzábal.

No quiero perder la ocasión en este escrito de valorar, en su justa medida, a Miguel Javier Urmeneta Jarnaute, querido por todos los pamploneses y pamplonesas. Todos los partidos políticos nacidos en 1978 deseaban tener en las listas a Miguel Javier. Nombró a José María Muruzábal encargado de repartir juguetes a los niños más pobres. Quizás los Reyes Magos, ante la gran labor de Jose María Muruzábal, premiaron a su hijo con un scalextric de tres dimensiones visto fugazmente por varios vecinos del barrio.

Algunos niños pobres se quedaron sin juguetes, sin mirra, ni incienso ni oro. Una abuela que yo conocí utilizó una patata grande para convertirla en muñeca como regalo a su nieta, consiguió su felicidad. Supongo que este escrito no le gustará demasiado a su hijo, José Maria Muruzábal del Solar, flamante profesor y encima historiador del arte. La historia es la sucesión sucesiva de los sucesos que se suceden sucesivamente. Esto no está al alcance de cualquiera de los historiadores de turno. Por supuesto que los vecinos de Larraina sentimos los fallecimientos de tu padre, de tu madre y de tu hermano pequeño.