El pasado sábado se celebró el III. Rallysprint Valle de Esteribar, prueba puntuable para el Campeonato Navarro de Rallies que se retomaba 5 años después de la última edición de la mano de la joven escudería Kintoa Motorsport.

Uno de los motivos de este parón en el tiempo, de la que con seguridad es una de las pruebas más bonitas del campeonato, fue la falta de responsabilidad de algunos miembros de la afición, que suponía una carga más para el organizador. Sin embargo, esta vez, meses de trabajo y dedicación de varias personas hicieron que durante el pasado sábado hubiese una sintonía especial entre el espectacular paisaje que nos regalaba el hayedo de Quinto Real (el cual da nombre a la escudería organizadora), los voluntarios, los equipos (en su mayor parte navarros) y una afición ejemplar. Porque tenemos la suerte de que, en Navarra, la mayoría de la afición al automovilismo está madurando al mismo tiempo que nuestro deporte, siendo cada vez de mejor calidad.

Agradecer especialmente a la Federación Navarra de Automovilismo, los patrocinadores, a los vecinos de los pueblos de Zubiri, Urtasun, Iragi y Egozkue, por los que pasaba la prueba, por su ayuda y por acompañarnos a disfrutar de un día distinto que intentaremos que se repita en los años venideros, a todos los voluntarios, que por un día se pusieron un chaleco amarillo para hacerlo posible, y a Javier Mariñelarena por dejarnos el terreno allanado con su buen hacer en las ediciones anteriores. ¡Gracias! ¡Sin duda, estamos todos en la trazada a seguir!