Unos más que otros, claro, pero sobre todo aquellos que se han colocado en un buen puesto político. Cada vez votamos a más cosas, ahora a Europa también. Cada vez es más complicado el organigrama político, y mira que sería sencillo si aplicásemos el sistema métrico decimal, aquel que con tanto celo Pitágoras nos lo enseñó, que, por cierto, Einstein estuvo a punto de cargárselo, ya que a punto estuvo de demostrar que dos más dos no eran cuatro, y que hoy con tantos administradores quizás lo consigan. Creo son 766 diputados los que tiene el Parlamento Europeo, más si sumamos los diputados que tiene cada país de los que integramos la UE, a los que habría que añadir los diputados que tiene cada una de las autonomías, la opinión publica se pregunta: ¿no son demasiados para poder llegar a un acuerdo? Reflexionar mucho y hablar poco es el secreto para aprender mucho, y quizá, al ser tantos, hablan demasiado y aprenden poco. Que Dios ilumine a nuestros nuevos administradores y demostremos madurez, que es el arte de vivir en paz con lo que es imposible cambiar.