el candidato de Navarra Suma a la presidencia del Gobierno de Navarra, Javier Esparza, ha viajado a Madrid para ver si en la capital le dan lo que quizás no pueda conseguir en su tierra.

Se reúne con sus colegas Pablo Casado, líder del Partido Popular, y Albert Rivera, presidente de Ciudadanos, para firmar una declaración contra El pacto de la infamia y Por la dignidad de España y Navarra.

El objetivo de su dignísima trinidad es presionar a Pedro Sánchez para que en Navarra no decidan los navarros. Simple y llanamente. Pero veamos quién representa a quién en esta obra coral.

El Padre, el que unge, sería Madrid representado por Pablo Casado y sus medios de comunicación acólitos. El responsable máximo de presionar al presidente en funciones del Gobierno de España, Pedro Sánchez, para que no venda Navarra a los herederos de organizaciones. El Padre ya estuvo de visita en Navarra reuniéndose con el Hijo en dependencias del Parlamento de Navarra sin que el presidente del mismo, Unai Hualde, ni siquiera fuera advertido de tan digna visita.

El Hijo, Javier Esparza. Se ve a si mismo como único candidato democrático a la presidencia del Gobierno de Navarra. Cualquier alternativa que consista en un pacto de progreso entre los demás partidos elegidos democráticamente es un atentado moral. Por ello es ungido para frenar la catarsis que podría suponer la desaparición de Navarra si quienes quieren destruirla llegan a la presidencia, algo que por cierto nunca han conseguido, ¡ejem! Marvel ya está trabajando en el traje acorazado del superhéroe.

Y el Espíritu Santo, Albert Rivera, portador de dones sobrenaturales como acostarse socialdemócrata y levantarse como estandarte de la derecha más rancia. Su capacidad para matizar la verdadera opinión que tiene sobre la foralidad de Navarra con tal de “pillar cacho” en una comunidad en la que nunca ha tenido ni un solo cargo público es apasionante. Tras dos semanas desaparecido reaparece para mostrar su compromiso con una Navarra grande y libre. Que Dios nos pille confesados.