Nos encontramos estos días con noticias de las reuniones que mantienen algunos partidos con el fin de llegar a acuerdos que les permitan ir juntos y poder lograr los objetivos, que ellos mismos se propongan, para gobernar. Los que dimos nuestro voto a uno de los diferentes partidos que se presentaron vemos cómo ahora debaten entre ellos cediendo en las propuestas que hicieron en sus programas, sustrayendo al ciudadano el derecho a conocer estos debates, obligados por hacerlo en lugares a los que solo ellos tienen acceso.

Proponer que esos debates y posibles negociaciones fueran de manera natural y públicos en los parlamentos (supongo que así se llaman precisamente por eso: para hablar o parlamentar), con luz y taquígrafos, nos permitiría a los ciudadanos/votantes -centro y fin de toda política- saber qué dicen, qué proponen, en qué ceden, etc, y a qué propuestas de acuerdo llegan.

Esta información nos serviría para conocer bien y personalmente a nuestros representantes y poder tomar buena nota para futuros comicios. Esto, y listas abiertas, sí sería auténtica democracia. Del contubernio secreto, y a escondidas ¡ni hablar! Viva una democracia así llevada.

Dos apuntes más: Uno, Sánchez con muy pocos votos propios en el Parlamento, ha gobernado con propuestas razonables de interés social y aunque de algunas no ha conseguido su aprobación, sí ha logrado poner en evidencia a aquellos partidos políticos que anteponen su interés egoísta -nada ejemplar- sobre la razón general. Como la gente no es tonta, toma buena nota y lo proyecta o proyectará en las urnas, si realmente son demócratas(?). Dos: Hemos tenido como referencia máxima reciente de actuación democrática con el juicio en el Tribunal Supremo al llamado “Proceso de Independencia de Cataluña”. Hemos tenido acceso íntegro y directo a través de la televisión. ¡Eso es democracia! Y eso quiero y deseo para toda política. Nada de reuniones clandestinas de grupos políticos selectos. Los políticos son servidores públicos.