Antes de que el cierzo borre los últimos ecos de las recientes fiestas que acaba de vivir San Martín de Unx, siento la necesidad, y no es la primera vez, de dar las gracias a mi pueblo. Las primeras fiestas sin un padre, sin un marido, nunca son fáciles. Mi madre, mi hermana y yo lo teníamos asumido? necesariamente se siente la ausencia de alguien que ha sido la voz de la fiesta. Comenzando con la Salve, en la aurora, siguiendo en la misa y la procesión, animando vermús y sobremesas? Sin embargo, el cariño de todo un pueblo lo ha hecho más llevadero y por eso tenemos que daros las gracias. Gracias a toda la corporación municipal por convertir el programa de fiestas en un homenaje a mi padre. Por el reconocimiento que le hicisteis momentos antes de que estallara el cohete: “A Félix Lerga, catato que siempre llevó con orgullo el nombre de su pueblo”. Gracias Mari Cruz por tus cariñosas palabras. Gracias Miguelito por contarnos la vida en verso y hacer que ese cohete, que con tanta emoción tiraste, llegara hasta el cielo. Gracias auroros, grupo catato, miembros de la coral? ese “cierzo del norte” nos empujó cuando lo necesitamos. Gracias a los valientes joteros que cogísteis el testigo en la procesión: Ángel, José, María y Joseba. No era tarea fácil, el listón estaba alto, pero esas letras tan bien elegidas, esa fuerza y esa emoción nos hicieron vibrar como tantas veces lo hicieran Félix y Javier?

Gracias a todos y cada uno de los que habéis tenido una palabra cariñosa, un abrazo, una mirada o un silencio, acompañándonos en el dolor y arropándonos con vuestra presencia. Y por último gracias a todos esos joteros y joteras venidos de Olite, Tafalla, Beire, Pitillas, Huarte, Pamplona y demás rincones, por hacer posible el último sueño de mi padre. Esa misa navarra que con tanta fuerza sonó en la iglesia de Santa María no la olvidaremos nunca. Si es cierto que “pueblo que canta no muere” San Martín no morirá. Gracias Javier, Isabel, Martín, Arantxa, Cristina, Paula, Paco? y así cientos de nombres? tantos como catatos y catatas hay.