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Localizar al malo

Esta es la cuestión, porque mientras no sepamos distinguir a los buenos de los malos, iremos de nalgas. ¿Pero es tan difícil? En primer lugar, hemos de analizar su currículum, ¿qué hacía antes de dedicarse a la política, a qué dedicaba su tiempo libre? No hemos de fiarnos de lo que nos diga su cara, aún cuando esta sea espejo del alma, que se dice, si bien el mal encarado difícil que resulte ser bueno. También nos ayudaría a elegir a nuestros políticos si nos preguntásemos: ¿con quién pondría yo un negocio en sociedad que me dé más confianza? Acertar en todo aquello que es subjetivo, y esto lo es, no es fácil, pero para eso está nuestra cabeza, que dicen que pesa cinco kilos, excepto en aquel que es un cabezón y calcular su peso es un lío. Nos convocan nuevamente a elecciones, que dicen cuestan aproximadamente 128 millones de euros, todo un derroche. Tenemos que pensar en el color blanco, el más puro de todos, aporta paz y confort, ayuda a limpiar los pensamientos y el espíritu, y huir del pensamiento en negro que actualmente nos invade.