Mi hija cursa 4º de ESO en un instituto de Pamplona del Modelo D. Como ha elegido la rama de Letras, este año le toca estudiar la asignatura de Latín.

Desde hace dos meses la profesora está de baja, lamentablemente. Y desde hace dos meses, todo su grupo no recibe las correspondientes clases. Se quedan con un profe cuidador o bajan al patio a pasar el rato.

En el centro les dicen que no hay nadie disponible en las listas de sustituciones de Latín en euskera en Navarra. Les dicen que han buscado en el País Vasco y que tampoco han encontrado a nadie. Les comentan que, como mínimo, den por perdida la segunda evaluación y casi seguro, la tercera y final.

Con todo, su caso no es lo peor. El problema más acuciante es para las pobres que hacen Segundo de Bachillerato y tienen que preparar, sin profesora, la tan temida Selectividad.

El pasado 15 de enero, el Boletín Oficial de Navarra publicaba la Oferta Pública de Empleo del Departamento de Educación del Gobierno de Navarra, ofertando 660 plazas de profesorado de Secundaria.

Con avidez, busqué en la convocatoria el número de plazas de profesorado de Latín que se sacaban a oposición. Latín en castellano, 5 plazas. Latín en euskera, 0 plazas.

¿Cómo piensa solucionar el Gobierno de Navarra la carencia de profesorado de Latín en euskera en el instituto de mi hija este curso?

Y lo que es todavía más grave, ¿cómo piensa solucionar el Gobierno de Navarra la carencia de una lista de profesorado de Latín en euskera, para los próximos cursos, si no convoca plazas?

Así se matan dos lenguas de un tiro.