Berbinzana ha aumentado su censo en los últimos años debido a la llegada de vecinos y vecinas de Marruecos, algo que también ha sucedido en otras localidades navarras. No obstante, la llegada de personas de otros países no es una novedad en nuestro pueblo, pues recibimos a muchas procedentes de Ecuador décadas atrás. Algunas de aquellas familias han retornado a su país pero otras viven en el pueblo o, mejor, conviven ya que trabajan y participan en las actividades siendo sus hijos e hijas unos auténticos txarrines y txarrinas aunque, suponemos y entendemos, que no olvidarán sus orígenes. A pesar de las diferencias culturales, debemos intentar que lo mismo ocurra con los vecinos llegados desde Marruecos. ¿Cómo lograrlo? Es trabajo conjunto del pueblo, es responsabilidad de unos y otros, de todos. Por ello, el domingo 23 de febrero, se les ofreció la oportunidad de hacer visible su gastronomía con un plato de cuscús junto a otros como nuestra tradicional txistorra. ¿Por qué? Se celebraba el Día del Injerto de la Vid y ahora son ellos quienes, mayoritariamente, trabajan el campo. No podemos obviar la realidad presente ni olvidar nuestro pasado. En la diversidad está la riqueza. Así, ese día, las mujeres marroquís de nuestro pueblo nos dieron la oportunidad de degustar su preciado cuscús, una experiencia que esperamos que sirva de precedente para futuras. Gracias a todas las personas que nos hicieron pasar un buen día.