Hay una frase que me cambió la vida, un antes y un después. Un aquí estoy pero vuelvo a empezar, incluso a vivir. A valorar lo que vales, lo que sientes e incluso a saber diferenciar lo que es amor y respeto o lo que es una relación tóxica y de maltrato.Y es que en el cole nos enseñaron las mates, la lengua, los 10 mandamientos, pero no nos enseñaron a sentir las emociones, y menos aún a saber expresarlas, y ahí es donde comienza el problema.Los sentimientos amorosos, mi primer amor, eso que nos hacen creer que es para siempre y con el único que puedes llegar a estar.Así comienza mi relación, dándolo todo, es decir, entregándome plenamente a una persona que, aunque poco a poco te anule y te falte el respeto, tú tienes que estar ahí, tener hijos, ser ama de casa y perder amistades, trabajo e incluso tu identidad propia.Y ahí está la otra parte, también entendible, que ha entrado en una vida en la que se siente atrapado y en la que no sabe cómo salir.De ahí salen las frustraciones, la agresividad, infidelidad e incluso los insultos, que en caso de las mujeres se demuestra más en el silencio y en el caso de los hombres en la violencia. Y qué necesidad de tener que llegar a esto si cada uno somos dueños y responsables de nuestra vida, de nuestros actos y de nuestros impulsos. Si alguien te quiere lastimar, ese alguien se lastima a sí mismo y el problema es de él y no tuyo.Es muy importante saber dónde estamos y ver quién tenemos en frente. Aquí os dejo una reflexión.Tres pilares básicos en una relación de pareja: El amor, donde está la comunicación, verbal y no verbal. Cariños, miradas, respeto y cuidado.La intimidad de todo tipo, intelectual y sexual. La pasión puede subir y bajar, pero es necesario sentirla.La confianza. Saber que esa persona es incondicional a pesar de nuestros malos momentos.Si no hay uno de esos tres estamos hablando de otra historia, no de una pareja, y debemos saber salir de ahí o incluso saber dejar marchar.Y os preguntaréis: ¿cuál es la frase que me hizo cambiar y llegar a esta conclusión después de muchos años? “Hija de puta, te voy a matar”. ¿Es necesario llegar hasta aquí? ¿No podemos ser libres mujeres y hombres sin tener que dañar al que tenemos al lado?Si entendemos estos pasos y gestionamos nuestras emociones, podemos avanzar mujeres y hombres a nivel personal, laboral y, muy importante, la educación desde la infancia. Tomar el control de nuestras actitudes, decidir que vamos a mejorar y empezar a hacerlo. Todas y todos merecemos ser felices y vivir bien, sobre todo vivir.Ahí os dejo un 8 de marzo. Día Internacional de la Mujer. Un no contra la violencia y un sí al entendimiento tanto sea femenino cómo masculino.