Lo que ha dejado claro el coronavirus, un microorganismo tan potente, es la vulnerabilidad del ser humano a pesar de todos los progresos de la ciencia y de la técnica. Nos ha demostrado que cuando nos creíamos invencibles y los amos del mundo en la nueva galaxia de la tecnología, un elemento microscópico cambia la faceta de un modo globalizado en pocos días y todo se tambalea como si fuera un castillo de naipes que se desmorona porque todo está concatenado: la salud, las finanzas, la educación, el empleo, los viajes, los congresos, la liga de fútbol, etcétera; en España se suspenden las Fallas y se anuncia la anulación de las procesiones de Semana Santa en Sevilla y otros lugares.El coronavirus ha demostrado que todo se vuelve secundario ante la alarma mundial generada. Y la ciudadanía ha puesto de manifiesto su mejor cara: la solidaridad en el cumplimiento de las medidas del plan de alarma del Gobierno, que tan difícilmente nos resulta vivir en el transcurso de la vida diaria. Ahora ni las peleas de partidos políticos, ni el independentismo catalán que era prioritario en todos los telediarios, ni las trágicas noticias de la violencia de género, y una larga serie de nis nos frenan para unirnos en salvar la vida propia y ajena. En estas horas de confinamiento ciudadano por defendernos y defender a nuestras familias y a los demás por solidaridad humana, valoramos el servicio y la audacia del personal sanitario y de los hospitales que exponen su vida para curar a los infectados. El pasado fin de semana toda la ciudadanía se unió para dedicarles un merecido aplauso desde este encierro necesario en nuestras casas por responsabilidad ciudadana. Ventanas, balcones y terrazas se convirtieron en una luz sonora en la noche para homenajear a nuestros héroes: médicos, enfermeras, auxiliares, personal administrativo, etcétera. Ojalá la pandemia del miedo nos lleve a una nueva sociedad que anteponga la defensa de los más vulnerables: niños, discapacitados, enfermos, ancianos, inmigrantes, refugiados, etcétera frente a los intereses económicos y de una sociedad consumista. Esto manifestará que la nuestra es una sociedad progresista porque defiende a los más necesitados de cuidados.