Cuando te encuentras ante una situación de crisis mundial por una pandemia, te sientes responsable de tus actos, y llegas a hacer reflexiones muy profundas que quizá no te hubieras planteado antes y esperas que tus gobernantes estén mínimamente a la altura. Tomas conciencia de la realidad que te rodea y adviertes que en Cataluña las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) están desbordadas en un 200%, y que el total de fallecidos por COVID-19 supera los ocho mil en España, y que el 20% de esta cifra se ha dado en Cataluña. Y sientes la obligación de hacer un repaso de cómo han ido las cosas. Y te resulta patética la gestión que realizó España comprando a una compañía china 640 mil test defectuosos. Y te avergüenzas de que un partido que ha estado en el poder durante más de ocho años -el Partido Popular- sea capaz de repartir mascarillas no homologadas y empaquetadas con el logo de su partido, poniendo en riesgo la salud de las personas. Y sientes indignación cuando diarios extranjeros señalan a España como epicentro de la pandemia mundial. Y te enojas cuando recuerdas que el presidente español, Pedro Sánchez, negó la petición de confinar Cataluña a su presidente Quim Torra. Y sientes vergüenza ajena cuando partidos de ultraderecha le piden al presidente español que detenga al líder catalán por realizar tal petición. Nos pedían a la población responsabilidad y que no saliéramos de casa, en cambio, miles de personas seguían acudiendo a sus puestos de trabajo, una incongruencia que a día de hoy todavía no entiendo. Quince días más tarde, el presidente Sánchez decreta el confinamiento total, somos muchas las personas que pensamos que la decisión la ha tomado demasiado tarde, por consiguiente su actuación ha sido irresponsable. Indiscutiblemente esta carta tiene un matiz crítico, pero también quiero que sea de reconocimiento para todas aquellas personas que se encuentran en primera línea poniendo en riesgo su vida, y en todas las personas afectadas por el dichoso virus. Particularmente en mi caso para dos familiares: Elena, enfermera de UCI, y Pepe, afectado en estado delicado. Para todos ellos un destello repleto de esperanza.