El sindicato Satse, integrado exclusivamente por profesionales de enfermería, pero que sólo representa a un sector de estos empleados públicos, ha reclamado que cuando pase la crisis, se compense el esfuerzo realizado por este colectivo.Esta reivindicación particular, y tal y como se ha planteado, egoísta, es lo que diferencia a un sindicato corporativo, ellos prefieren la denominación de profesional, de los sindicatos de clase, que agrupamos a trabajadores y trabajadoras de toda condición y profesión y que defendemos el interés general del conjunto de las personas asalariadas.Por supuesto que el personal de enfermería merece que se gratifique su extraordinario esfuerzo, su dedicación y su entrega, que ha compensado en parte las carencias iniciales de nuestro sistema público de salud. Pero lo mismo puede decirse de médicos, celadores, personal administrativo, de limpieza o de cocinas. Y también del personal de seguridad, público y privado, y de quienes atienden a personas en situación de dependencia, y de los dependientes del comercio de alimentación, transportistas, farmacéuticos y un largo etcétera.Todas las personas que han estado en primera línea de la batalla contra esta pandemia, salvando vidas o haciendo más fácil la vida a quienes se encuentran confinados, y jugándose su propia salud, deberían tener una compensación cuando superemos esta situación. Es una cuestión de justicia y de solidaridad. Se lo debe el conjunto de la sociedad. Pero a todos, no solo a enfermeras y enfermeros.