Ante todo debo decir que uno de mis momentos más agradables del día es la lectura del periódico por la mañana para seguir la actualidad de lo que ocurre en el mundo. Pero desde la orden de estar confinadas en casa se ha apoderado de mí el temor que me infunden esas demoledoras cifras, aumentadas cada día, de infectados y fallecidos. ¿Es posible que un germen maligno, recién aparecido, nos arrebate la corona que nos elevaba a la categoría de reyes del mundo conocido? Tampoco sabemos cómo nos ha invadido, a juzgar por la propaganda de ideas extrañas que no resuelven la duda de si es verdad lo que se admite como tal. En cambio, ha logrado romper el hechizo que nos hacía vislumbrar todo lo bueno como posible para pasarnos por las narices su trofeo de miles de contagiados o muertos de antemano y dejar a los restantes, reducidos en aislamiento obligado, como si se tratase de un cuento macabro y no de una confusa realidad que nos hace morir, cada día, un poco por dentro. Así y todo, esta luctuosa calamidad pasará a los anales de la historia universal como el más irritante drama de principios del siglo XXI y, ciertamente, para los adultos que, hasta ahora solíamos relacionar tales contagios públicos como inherentes a épocas pasadas, esta desgracia social habrá sido uno de los sucesos más angustiosos de nuestra existencia. El mismo derribo de valores sobre la vida y la muerte han podido sufrir muchos jóvenes que, en fechas anteriores a la orden de alarma, tal vez estuvieran tratando en clase la teoría del optimismo de Leibniz, según la cual este mundo es el mejor de los posibles, o las tesis existencialistas de Heidegger y Sartre, autores de estas dos categóricas afirmaciones: “El hombre es un ser para la muerte”, y “El hombre es una pasión inútil”. Sin duda que, en adelante, saldremos airosos de esta crisis, pues, no en vano, esta palabra tomada del griego, significa en su acepción favorable “cambio a mejor”. Además, como reza un adagio japonés, “nos volverá a salir el sol en el corazón”, con tal de que cambiemos nuestro modo de vida.