Casi sin el trabajo, casi sin ese proyecto a medio o corto plazo que da tanta autoestima, casi sin la euforia que transmite al telespectador el ciclismo profesional por las rutas de Europa, sin la euforia de esos tramos finales en nuestras competiciones deportivas.Casi sin los mejores estrenos culturales, casi sin el campeonato de selecciones de fútbol europeas, casi sin esas vacaciones deseadas, casi sin las olimpiadas japonesas, casi sin el ¡ábrete sésamo! de las aulas, casi sin la codicia de unas mejores notas al pasajero curso, casi sin los paseos por el campo, casi sin que la calle sea nuestra.Casi sin poder atender y distraer a los pequeños, casi sin fiestas, ferias y eventos. Casi sin saber que hoy esta primera etapa de respuesta a la expansión del virus ha sido vencida, casi sin convencernos que dentro de nuestra condición humana casi no es todo tarea de la ciencia.