Se ha escrito mucho, principalmente por parte de lingüistas extranjeros, sobre la antigüedad del euskera y su relación con otras lenguas, no se ha llegado a conclusiones definitivas. Me fijo aquí, sin profundizar por falta de espacio, en la teoría del origen africano del euskera desde el guanche de Canarias por el parecido evidente entre ambas lenguas. Hay estudios amplios sobre las similitudes de estas dos lenguas. Destaca el austríaco Woelfel, investigador del guanche, lengua que se perdió rápidamente, como lengua del pueblo, tras la civilización europea. También hay otras investigaciones de Torriani y Abreu. Existen frases y multitud de palabras en las que coinciden el guanche y el euskera, solo señalo algunas que nos suenan más: Aia (peña), etxe (casa), gure (nuestro), handi (grande), nahi (querer), non (dónde), senide (pariente)… Muchas palabras han evolucionado, como es normal, a través del tiempo tanto en Canarias como en Eukalerría, de forma distinta, pero se ve que algunas conservan una misma raíz. Curioso que cuando los primeros navegantes europeos llegaron a estas islas a principios de la Edad Moderna, se encontraron con una civilización primitiva de la Edad de Piedra y alguno de aquellos europeos, parece que de Iparralde, pensó que hablaban euskera. ¿Una teoría más de la procedencia del euskera? Los guanches, su lengua y su relación con el euskera son por ahora unos misterios más a resolver. Sí que podemos afirmar que durante milenios el euskera se ha hablado en Euskalerría. Un antiguo documento, creo que del XV, de la Catedral de Pamplona afirma la antigüedad del euskera, tiene más valor el documento porque en aquella época no había demasiadas preocupaciones lingüísticas. La antigüedad del euskera está escrita en la toponimia navarra y nos lo corrobora nuestro Aita Barandiarán. La antigüedad es un valor más de la Lingua Nabarrorum que nos obliga a un esfuerzo constante para conservarla como un gran tesoro y a utilizarla en la vida diaria, sobre todo por parte de los jóvenes. Así acallaríamos a los enemigos de Navarra. ¿Podríamos usar este dichoso confinamiento para estudiar o mejorar nuestro euskera?