Existe un consenso total entre las fuerzas políticas del Gobierno de Navarra y Ayuntamiento de Pamplona al decir que las plazas ofertadas en euskera en las escuelas infantiles están muy por debajo de la demanda real. Sí, consenso total, algo poco corriente hoy en día. Si acaso algún grupo se basa en una resolución judicial para justificar el conocido recorte actual.No voy a entrar en cifrar la demanda en euskera. Lo primero porque lo considero un derecho para cualquier persona afincada en Navarra; segundo, porque ninguna otra lengua entra en los parámetros de oferta y demanda en nuestra tierra. Y finalmente, porque en el caso de los modelos lingüísticos la oferta genera demanda. Si no, sólo hay que probar a poner cualquier tipo de modelo en cualquier ubicación nueva y veréis cómo el factor cercanía opera.Aunque no crea en valorar la demanda, creo que si ese criterio se impone, lo que se debe exigir no son encuestas sociolingüísticas con criterios secretos, como la del Ayuntamiento de Pamplona, sino algo tan lógico y sincero como preguntar directamente a las familias involucradas que vayan a rellenar el impreso de prematrícula en escuelas públicas y municipales. Para ello se adjunta una hoja junto al impreso y se acabó. Por supuesto, se puede hablar de introducir variables de cercanía, renta u otros factores.Pero estoy hablando de debates que en política tienen un considerable recorrido. Todos están de acuerdo en la baja oferta, muchos en el oscurantismo de la encuesta sociolingüística del Ayuntamiento, casi todos en que es un tema que hay que remediar y que no se puede usar como arma arrojadiza€ Pero el problema es hoy. Mirad, si se repiten las matrículas en euskera del pasado año en escuelas infantiles de Pamplona con la oferta de hoy, nada menos que 72 lactantes serán expulsados del sistema público, más todas aquellas plazas de los otros 3 sectores de edad que concurran por primera vez. No recolocadas, sino expulsadas.¿Y qué sucede con la oferta de las escuelas públicas del Gobierno de Navarra? Tampoco llegan a una oferta lógica. El Gobierno de Navarra, y más en concreto el PSN, tiene una oportunidad histórica de desmarcarse de la intolerancia respecto al euskera y suplir, aunque sea temporalmente, para el curso 2020/2021 los recortes del Ayuntamiento de Pamplona. Lo puede hacer y técnicamente es posible.Sinceramente, las respuestas ambiguas, el recurso de los plazos para el cambio de la oferta, la cercanía de la publicación de las fechas de prematriculación, etcétera, no valen. Si no quedase otro recurso, echen a volar su imaginación, recurran a los centros en desuso, a cesiones de locales a las familias, subvencionen matrículas en la privada para las familias no admitidas en la pública, etcétera. Necesitamos alternativas. Pero el problema es hoy a esta hora.