“¿Y por qué mi vida depende de lo que hagan en Nueva York o en Hong Kong?”: gritó, y tenía bastante razón. Su empresa se iba hundiendo mientras aumentaban las importaciones de productos extranjeros. Y el virus llegó.Globalización de males: enfermedades, errores, miseria política, económica; apenas visibles los globales bienes. Planetario enojo del pueblo contra sus representantes políticos se percibe desde hace años y va en aumento. La globalización capitalista que nos vendían como bendita ha mostrado su lado maldito y hemos visto a nuestros países impotentes para hacer algo tan simple como unas mascarillas que hemos tenido que fabricar en casa y pequeños talleres, impotente España, como tantos otros países, para producir lo más simple. De todo dependemos de China, de virus y de antivirus... De test, de medicamentos, de... Mientras, una avispa de cinco centímetros y cabeza roja, que ha matado ya a varias personas en diversos países, se ha convertido en especie invasora en EEUU y ya tienen prevista su entrada en España. De origen nipón, llega en los contenedores de productos de exportación. ¿Por qué no los fumigan? Mundial el comercio impera... También los sindicatos de agricultores anunciaron cómo en Alicante estaban arrancando plantaciones de patatas y cebollas, hartos de vender con pérdidas, mientras se importaban de Egipto y Marruecos con calidades muy inferiores.Ante tantos males, parece adecuado leer a los estoicos. En la Consolación a Helvia, X, 1-3, de nuestro Séneca, se ataca el romano lujo: “No es necesario escudriñar todas las profundidades, ni cargar el vientre con una matanza de animales, ni arrancar conchas al litoral desconocido de un mar alejadísimo; ¡que dioses y diosas acaben con aquellos cuyo afán de lujo transciende los límites de Imperio tan envidiado! (...) y no se avergüenzan de ir a buscar las aves en territorio de los partos (...). De todos los lugares aportan a la gula, que se aburre, todo lo conocido”. Así escribe nuestro Séneca, mientras continúa criticando la horrenda costumbre de vomitar para seguir ingiriendo o a Calígula, pues gastó en una cena el tributo de tres provincias. A esto último no habíamos llegado, pero casi, ni a los vomitorios... Sí a engordar sin límites para luego gastar nuestras fortunas en adelgazar, sí a hacer de la cocina y de los placeres en general el plato central de nuestra vida, los programas de televisión o cine ¿cuántas veces se centraron en el vientre y el bajo vientre? Cuando vamos al mercado hallamos muchas viandas, también animales y crustáceos que, a veces, pese a tener cerca los mismos u otros similares, vienen del otro confín del universo. Quien estas líneas escribe comió por vez primera sabroso bisonte en Italia, avestruz en España... Somos romanos como aquellos, en un Imperio depravado, mientras millones de personas padecen necesidades, dentro y fuera de nuestras fronteras.