Me consta que antes, y ahora más, mucha gente añora vivir en su u otro pueblo. Pero a veces resulta imposible por falta de promociones, ayuda a la rehabilitación, falta de terrenos urbanizados cuando sobran los mismos sin urbanizar, elevada tramitación y rígidas normas subsidiarias que se traducen en elevados costes inasumibles. Es una desgracia para los mismos pueblos que pierden servicios en general.