La cara de Pau Donés en el video de despedida que nos regaló es una cara de muerto lleno de vida. No es hermosa como nos hubiera gustado, pero su actitud es una lección para nosotros porque a la vez miraba a pocos metros el abismo de su final. Se fue con naturalidad, aceptando que su ciclo se había terminado. No hubo miedo en sus ojos ni remordimientos, ni desesperación, aparentemente, así que deberíamos pensar que la manera de morir está íntimamente ligada con la manera de vivir porque vivió feliz haciendo lo que más le gustaba. "Ya me sobrará tiempo para descansar cuando me muera" es una frase sin opción a réplica que bien podría haberla dicho él si tenemos presente que le robó minutos a la muerte por su derecho a la creatividad de última hora, y sin embargo la dijo Juvenal Urbino, el anciano médico de la novela El amor en los tiempos del cólera de García Márquez. Pau fue un niño hiperactivo, como si ya supiera entonces que la vida no le iba a alcanzar para todo lo que tenía que hacer. De mayor también tuvo prisa para dejarnos por los pelos una de las canciones más bonitas mientras corrían desaforadas las casillas del calendario. Mi madre se despidió de mí en el hospital dos días antes de morir con una frase que tampoco admitía réplica: "si vienes y no estoy, no sufras por mí". "Para qué nos habrá puesto Dios uñas", era otra de sus frases lapidarias cuando se las tenía que cortar, o "Si parece que fue ayer", cuando hablaba del pasado para resaltar cómo de repente encoge el tiempo en los recuerdos. Con 84 años le sorprendió el tamaño de un edificio gigante mientras pasábamos con el coche junto a él: "¡Si se va a hundir el suelo!", comentó. Yo le rebatí que el edificio es el suelo en posición vertical porque su materia procede toda de él. Entonces me acordé de Schopenhauer. Cuando le leí decir que la materia es eterna, me desbordó el asombro. Ya sabía que la energía ni se crea ni se destruye y por lo tanto es eterna; siempre pensé también que la energía es materia en movimiento y la materia energía en reposo. Y a pesar de todo, aquella afirmación de que lo único que cambia de la materia cuando desaparece no es su cantidad sino su forma, me hizo resetear mis ideas. Ama, dinamitaron aquel edificio grande. No salió ni un gramo más ni tampoco uno menos de los que tenía cuando estaba de pie, y si ves a Pau donde quiera que estéis, dile que Eso que tú me das será eterna porque las canciones están hechas con un poco de materia y mucha energía, sobre todo, si las escribe él.