En el debate del Estado de la Nación del pasado 14 de octubre en el Congreso, de nuevo reaparece el gran circo político protagonizado, con papeles predominantes, por el PP, Vox y Cs , derecha y extrema derecha. Es una batalla sin cuartel que en cada intervención sube de tono y de toma y daca y del tú mas. De verdad que resulta hasta de vergüenza ajena oír a estos portavoces (García Egea, Macarena Olona, Inés Arrimadas, Iván Espinosa, Cuca Gamarra y Pablo Casado), que solo se dedican a obstaculizar, a poner palos en las ruedas, a bloquear leyes buenas para los ciudadanos, y muchas veces a insultar y calumniar como esta gente, que lo hace por falta de argumentos y de capacidad intelectual . Hasta han metido una moción de censura que no tiene recorrido ni sentido, están bloqueando la renovación del CGPJ y están impidiendo en las instituciones europeas que las ayudas y la buena sintonía con España continúen a buen ritmo. ¡Increíble pero cierto! . Como digo, este circo, con el despliegue de todos sus artistas, es el que aparece en el Congreso cuando se sube el telón; siguen campando como el Cid Campeador hasta después de muerto, pero han de tener muy en cuenta que cuando se caigan del guindo verán el ridículo tan esperpéntico que están haciendo, las injusticias y desigualdades que están creando y los resultados tan nefastos de su oposición negativa y cruenta al Ejecutivo y al Gobierno de la nación. Como digo, este país sí que tiene solución, pero la tendrá cuando esta derechona vetusta, arcaica, valetudinaria, longeva y legendaria se percate de lo mal que lo está haciendo. Y una última apreciación: en las siguientes elecciones de 2023 que se aten bien los machos, porque con esas actitudes y malos hechos van a ir al paro político, es decir, que perderán escaños a punta de pala.