Ante las noticias conocidas estos días sobre la posibilidad de instalar terrazas de hostelería en las plazas de San José y Compañía del Casco Viejo de esta ciudad, como ciudadanos y como usuarios de las mismas, desde Orreaga Fundazioa queremos hacer unas consideraciones al respecto:1. Comprendemos la mala situación por la que están pasando los hosteleros de la ciudad, no solamente del Casco Viejo, sin olvidarnos de que esta mala situación es extensible a otra serie de gremios, (cultura, agencias de viajes, gimnasios... y un largo etcétera) y comerciantes, que en mayor o menor medida están sufriendo los efectos de esta pandemia.2. La solución planteada, instalación de terrazas en las arriba citadas plazas, consideramos que no es una solución a esta situación de crisis del sector de hostelería del Casco Viejo, sino un simple parche que aliviará, en parte, esa situación pero que, por contra, traerá molestias al resto de vecinos por la privatización de dos espacios de esparcimiento para los vecinos, tanto del Casco Viejo como del resto de la ciudadanos, asiduos visitantes del centro histórico de la ciudad.3. Admitiríamos una instalación de terrazas con una serie de condicionamientos:a) Que las instalaciones fuesen provisionales y con fecha de caducidad.b) Que la fecha de caducidad fuese previa al 15 de junio del presente año 2021, a fin de que las terrazas dejen el espacio libre para, según como evolucione la pandemia, se celebren las actividades que habitualmente las ocupan durante el verano, tanto en Sanfermines como en el resto de fechas. Y en su defecto, si estas actividades no se llevan a cabo, sirvan para lo que son: lugares de encuentro y esparcimiento de todos los pamploneses.c) Que una vez pasado el verano, y si la situación sanitaria lo exige, se vuelvan a instalar, con una nueva fecha de caducidad.d) Que la explotación de las mismas, en su caso, fuese una explotación comunitaria. Es decir, que en lo posible no deje fuera a ningún hostelero de las inmediaciones que esté interesado en participar y su situación económica le impida acceder a una de esas terrazas. Ellos, los hosteleros, tendrían que buscar la forma jurídica de hacerlo y sus normas de funcionamiento práctico.