uizá más pronto que tarde, esta pregunta distópica rondará las aulas de primaria y la cuestión quedará sin respuesta a tenor de la deriva que va tomando la sensibilidad de las instituciones que en principio deberían velar, junto con la ciudadanía, por el soporte y el reconocimiento de nuestros ritos, usos y costumbres. El amplísimo y diverso espectro de nuestras expresiones folklóricas ha sido un motivo de orgullo y arraigo en nuestras localidades, y de estudio también más allá de nuestras fronteras. La cultura popular es cohesión territorial, identidad y arraigo, deporte, antropología, relaciones, transformación social, asociacionismo, ocio, trabajo, materia prima artística, música, educación, turismo, danza y mucho más, pero no se ve referenciada esta función social en el poder institucional, no despierta su atención. Parece que la americanización de los gustos ha calado y nos han dejado en una postal, al margen de la cultura que se prioriza: la de consumo. Pero oigan, si ésa va a ser la vara de medir, la cultura popular también aporta al mundo profesional, directamente, y además es inversión que dibuja el carácter del futuro.

Una vez expuesta la conclusión, pongámonos en contexto. Esta es la mirada actual de Nafarroako Dantzarien Biltzarra, federación que agrupa a 88 grupos de danza de Navarra, mirada ésta compartida también por otros sectores de la cultura, nos consta. Nafarroako Dantzarien Biltzarra aporta una media de 80 actividades anuales para la dinamización y la motivación del sector, y viene a completar las expresiones que se manifiestan en nuestros pueblos y ciudades. Tenemos motivación de sobra para abordar nuevos proyectos más allá de las actividades de carácter anual, pero a esta silla le falta una pata, la del apoyo y reconocimiento institucional, no a la Federación, sino, repetimos, a la cultura popular en general.

La salvaguarda del patrimonio inmaterial es una obligación de la Administración según los Objetivos de Desarrollo Sostenible marcados en la Agenda 2030. Es decir, no estamos pidiendo nada, sino exigiendo que Gobierno y demás instituciones públicas cumplan sus obligaciones.

Nos vemos obligados a denunciar esta carencia. Lo venimos observando. En la primera semana de este mes se han sumado dos noticias más a la merma: En el programa Kultur del Gobierno de Navarra no se ha previsto contar con la Federación (ni con la danza tradicional), y la programación Viva Pamplona viva está prácticamente cerrada con el mismo resultado. Pero le preceden más: no se nos llamó al foro de debate sobre cultura navarra, las propuestas que hicimos a la Consejería y a la Dirección General ante las nuevas relaciones entre el Gobierno de Navarra y Aragón no han sido tenidas en cuenta, no se ha programado nada de danza tradicional pese a reivindicarlo.

Y la pandemia. Estamos esperando desde noviembre una reunión que no llega entre Cultura y Salud, y el rogar y proponer protocolos y una base jurídica para ensayos y actuaciones ha sido una partida de ping pong entre departamentos. Si es que no somos fútbol.

Desde luego, no será por no cumplir escrupulosamente nuestros cometidos, ni por no hacer propuestas, ni por no participar en los foros que se prestan. A día de hoy, debe de haber cajones llenos de papeles de Nafarroako Dantzarien Biltzarra en las oficinas institucionales. Resulta descorazonador.

Habrá que ponerse a competir con otros agentes culturales la subvención de turno que puede caer, o no, que expira el plazo y es lo único que nos queda. Nuestro propio folklore tiene que concurrir para competir en subvenciones, al igual o peor que cualquier otro ámbito cultural, incluso de otras culturas. Menos mal que tenemos la ingente masa de amantes de nuestra cultura, la cercana, la que lleva tiempo practicándose y se paga de nuestros propios bolsillos.

En nombre de la Federación, y nos atrevemos a decir que en nombre de todas esas personas, emplazamos a las instituciones para que nos pongan en sus agendas y catálogos. Existimos porque la cultura popular esta ahí.

La autora es presidenta de Nafarroako Dantzarien Biltzarra / Federación de Dantzaris de Navarra