Hoy mi espacio mental lo voy a dedicar a ese deporte honorable al que muchos de mis allegados dedicamos muchas de las habitaciones de nuestro hotel emocional.Mi pluma escribe con la sangre del aficionado cuya tensión se ha estabilizado por haber conseguido mantener la categoría además contra un rival de cercana lejanía. Lo predico con sarna, sorna e ironía porque sí; señores dueños de la batalla futbolera, aparte del club de paracaidistas y aviación estamos la infantería rasa que nos alegramos de sobrevivir. Nuestra vitrina está vacía de oros y orejonas pero llena de nobles historias, de copas de coñac y pacharán, y de abrazos de júbilo y nostalgia imperturbable por la Mastercard. Recordar siempre que desde el cielo no tendríais objetivo al que disparar si no existiésemos.Que quede claro que no enciendo esta dinamita contra la infantería que también tienen los grandes clubs, los que tocan la gloria habitualmente. Por suerte en otros países cuna y madre de este fútbol como Inglaterra han sido los que han aleccionado a los jeques del petrodólar plantándose de frente contra el tanque de la soberbia diciendo que este arte no solo es un negocio y mis amigos de aquí piensan lo mismo, que no hay Madrid sin Osasuna como no hay capital sin pueblo. Tras la pandemia hacía falta más que nunca pan y circo y señores dirigentes, no somos tan míseros ni tan idiotas. Pan y circo puede, pero el circo a mi manera, no me lo jodan.Te puedes meter la SuperLiga por el túnel de Canfranc, los torneos de verano con invitados de honor ya están inventados, como dice mi padre el trofeo mandarina lleva toda la vida exprimiendo el poco oxígeno futbolero que hay entre julio y agosto. En septiembre empieza el cole y el fútbol de verdad, donde compite el Cádiz con toda su gracia zalamera, el Athletic con su filosofía, la Real con su galantería, el Alavés, el Eibar con sus dos huevos, el Villareal, el Betis y el Sevilla que os dijo no, el Valencia, hasta Getafes, Levantes y mis extrañados Superdepor, Gijones, Zaragozas me dejo muchos que llenarían folios.¡Hostia Florentino, Laporta! sois más inteligentes que cualquiera como para pensar que el fútbol solo es de pantalla y sofá y que solo tiene el orgasmo del partido y que además es prostituible. El fútbol comienza cuando le compras la camiseta a tu hijo y cuando el martes estás hablando de qué vas a hacer el sábado. De ¿dónde lo vemos? ¿cómo quedamos? ¿quién lleva el coche? Hay días que organizamos solamente alrededor del partido como para que vuestra perversión llegue al punto de llegar a querer violar uno de nuestros momentos de libertad.Osasuna hijos de los dioses llegó un día a tener el derecho de casi participar en la Champions, hecho consumado a base de esfuerzo y casualidades. Solamente conseguimos oír el himno celestial en nuestro campo una vez, ese día da mérito a cada miércoles que lo oís en vuestro feudo. Cuando hablamos de emociones el gran Robinson dijo que se sintió más aliviado y emocionado cuando salvo la categoría con Osasuna que cuando ganó la Copa de Europa con el Liverpool. El fútbol se teje en la solapa del corazón y no en las carteras que huelen a cuero de perro furtivo.En una de las pocas virtudes del ser humano hemos impedido que manipuléis del todo nuestro circo, ese circo que a veces es el pan que nos alimenta de momentos inolvidables que vosotros solo podéis conseguir con dinero. El fútbol es un arte y por eso el precio justo lo pone cada uno.