A Pablo Casado y sus mariachis les parece que somos idiotas porque, al no oírsenos cuando les ponemos a parir, sacan la conclusión de que estamos de su lado. Digan lo que digan. Una muestra más de que no se enteran de nada y de que los "casi bobos, que no llegan ni a bobos", que diría el Pipo, son ellos. Son capaces de creerse que nos hemos olvidado de que la corrupción es su seña de identidad, que la llevan marcada a fuego en cada uno de sus rostros y en las yemas de los dedos de sus manos. Manos largas donde las haya.A ver, el que tú decidas que no vas a hablar de la corrupción de tu partido lo único que demuestra es que hubo corrupción en tu partido y que te viene muy mal para tus intereses electoralistas hablar de ello. Cosa que sólo piensas tú, que eres más listo que nosotros (ya sabes que somos idiotas). La realidad es que, si fueras sincero, dirías otra cosa, "en mi partido han sucedido cosas que van contra la dignidad de la política y contra mi propia manera de concebir la misma y reniego de todo ello de la única forma en que puedo hacerlo, que es colaborando con la Justicia y apremiando a quien sepa o tenga pruebas de algo sucio para que lo presente a los jueces", por ejemplo. Esto es lo mínimo por lo que estaríamos dispuestos a revisar la opinión que tenemos de ti.Y luego tienes un problema añadido, que es la falta de nivel político, de conocimientos políticos, de empatía política, de capacidad política para negociar, y, ni te cuento para gobernar. Te ha venido todo en esta vida sin el mínimo esfuerzo, por supuesto los títulos, y esperas que suceda lo mismo con La Moncloa. Con una sonrisa, poner a parir a todo el mundo, menos a tus jueces (los de la puerta de atrás y la mayoría de la carrera judicial que os apoya), y esperar. Pero hasta en eso has tenido mala suerte, porque te ha salido un grano en el culo llamado Vox, al que dirigiste tu mejor discurso cuando su moción de censura (yo mismo lo alabé en estas mismas páginas), discurso que una vez más ha resultado falso y mentiroso como todo lo tuyo.No espero ni deseo nada de ti. Ni que desaparezcas de la política, por favor. Nos va muy bien contigo.