A través de esta carta pretendo compartir con los lectores y las lectoras el sinsentido de la formación que he recibido como estudiante de Magisterio y que continúo recibiendo como actual estudiante de Pedagogía.Partiendo de la sensación de falta de preparación personal al terminar la carrera y, habiéndolo corroborado al comenzar a ejercer la profesión docente, decidí continuar formándome para dar a mi alumnado la respuesta educativa que se merece. Pues bien, les diré que las cosas siguen igual y que continúo viendo escasa -o nula- utilidad entre lo que estudio en la universidad y mi día a día en el aula. Como profesional de la educación estoy cansada e indignada con la continuidad de un sistema educativo basado todavía en un aprendizaje tradicional que todas y todos sabemos no consiste en otra cosa que en la secuencia memorizar-vomitar-olvidar. Cuando además de ser víctima de esta secuencia resulta que tienes que estudiar de memoria, que tus clases no pueden ser basadas en un aprendizaje memorístico, la cuestión se vuelve cuanto menos irónica e interesante.Soy consciente (porque lo he estudiado de memoria) de que las renovaciones de los planes de estudios de cualquier etapa educativa requieren de tiempo porque debe asegurarse la calidad de los mismos. Pero, ¿y las continuas reformas en la legislación educativa vigente? Señores políticos y señoras políticas, por favor, procurad sacar al país del tradicionalismo educativo y preparad a los profesionales y las profesionales de la educación para ser capaces de formar una ciudadanía activa, crítica y competente a la hora de filtrar la información ante la inmensidad de Internet y saberla aplicar. Hoy en día tenemos todo el contenido conceptual a un clic, considero que es hora de darles al saber hacer y saber ser el peso que merecen.¡Ah!, y que lo sepan, mi espacio educativo de aprendizaje por excelencia es nada más y nada menos que Instagram, la red social donde colegas de profesión publican de manera altruista infinidad de técnicas, recursos, consejos... A todos y todas, gracias de corazón de parte de una maestra joven que se esfuerza por formarse.