Quiero transmitir estas palabras de agradecimiento a la clínica Josefina Arregui, de Alsasua.En mayo del presente año, mi madre, Inés Vidarte, era una persona con unas condiciones de vida muy precarias: dificultad para caminar y hablar, sin sonrisa en su rostro y con muy poca vitalidad. Esa persona amable, alegre y con mucha chispa, había perdido toda ilusión por vivir.Desde hace cuatro años, el alzheimer va adueñándose de sus cualidades más vitales.En una situación tan descorazonadora, sus hijos/as y marido nos reunimos y decidimos ingresarla en la clínica Josefina Arregui.Tras dos meses de estancia en dicha institución, vimos salir por su puerta a una mujer renovada, muy distinta. Había recuperado su sonrisa, las ganas de pasear y su humor.Qué suerte hemos tenido por haber podido llevar a mi madre a un lugar donde el trato y la profesionalidad recibida han hecho que su vida haya recuperado tanta dignidad.¡Muchas gracias, Josefina Arregui!Y una mención especial a Pantxo, un médico cercano y humano, que derrocha una vocación admirable.