Aclárense: decidan de una vez si obligan o no a todo el mundo a vacunarse. Lo que no vale es cebarse contra los más débiles y privar de visitas a quienes viven en una residencia y soportan como pueden fechas tan especiales. Negarles la compañía de sus seres queridos por razones de salud pública es otra vuelta de tuerca contra quienes llevan dos años sufriendo muertes cercanas, aislamientos y soledades que han minado su salud física y emocional, ¿o acaso creen que sólo el virus nos mata?¿Qué necesidad de dictar esta nueva restricción si los centros siguen a rajatabla las medidas preventivas y les permiten reunirse en salas apartadas del resto? ¿Qué sentido tiene exigir el pase covid a las visitas y no al personal? O todas o ninguna.Ridículas paradojas: una cuidadora no vacunada puede pasar toda su jornada trabajando con ancianos pero no puede visitar a su madre en la residencia de al lado, donde quizá haya electricistas, terapeutas, cuidadoras y hasta médicas que no quieren vacunarse porque no les da la gana. Contra ellas no os atrevéis.Exigir el pase covid a las visitas y no a quienes trabajan en una residencia es una medida tan injusta y absurda que contradice todo fundamento preventivo. Y cuestiona la capacidad de las autoridades de gestionar de forma coherente y sensible esta pandemia.
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