Nos encontramos en medio de una grave crisis política en Navarra. Por más que los medios se empeñen en hablar de tamayazo, la ciudadanía navarra sobre todo es consciente del grave alcance de los acuerdos secretos entre el ministro de Presidencia del PSOE y el Sr. J. Esparza, líder de la coalición UPN-PP-Cds.La votación de la propuesta de reforma de las reformas urgentes previas de Zapatero y Rajoy demostró la compleja red de apoyos tejida durante meses por UP, su ministra de Trabajo y el PSOE para llevar adelante su aprobación, contentar a la CEOE y a los organismos europeos que controlan el envío de fondos económicos condicionados a medidas restrictivas de gasto público y prestaciones laborales.Dentro de los partidos políticos proclives a aceptar esta reforma laboral se encontraba Navarra Suma (UPN-PP-Cs.), cuyos dos congresistas pertenecen a UPN (dentro de la coalición Navarra Suma), concretamente el Sr. Sayas y el Sr. García Adanero. La opción por la que se decantarían finalmente se desconocía hasta pocos días antes de la votación, de forma que podían ir por el voto negativo, opción definida por el PP, o por el voto a favor, opción de Cs. Era de esperar que UPN mantuviera la negociación abierta hasta el final en busca de opciones de negociación, al igual que otros partidos políticos, y acabó optando finalmente por el apoyo a la propuesta.Muchos desconocíamos que simultáneamente a la votación en el Congreso, transcurría el Pleno del Ayuntamiento de Pamplona, y que la portavoz municipal del PSN, Sra. Esporrín, manifestaba a la prensa la existencia de un acuerdo de ámbito municipal con UPN mediante el cual retiraban la moción de censura al alcalde Sr. Maya por sus declaraciones xenófobas y aprobaban sus presupuestos con una serie de cambios por valor de 27 millones, a cambio del voto favorable al proyecto de reforma laboral en el Congreso de los Diputados. El fiasco en la votación con el cambio de voto es ya conocido.El acuerdo llevado, según parece ser por el ministro Félix Bolaños, hombre de confianza del presidente Pedro Sánchez, contiene aspectos alarmantes en cuanto al proceso y los temas a negociar. Supone una falta de respeto al ámbito y la soberanía de Navarra y a sus legítimos representantes, y por lo que vamos sabiendo, conteniendo además importantes elementos relacionados con la convivencia que son ocultados por sus protagonistas a la sociedad navarra. Tanto los dos congresistas como el Sr. Esparza lo confirman, pero optan por seguir ocultándolo, convirtiendo el secreto en una importante fuente de especulaciones. Mientras la presidenta Chivite duerme el sueño de la marmota, y Podemos e I-E se hacen los despistados por la resaca festiva, sería lógico preguntarse si estos acuerdos contienen decisiones incluso acordadas en el Parlamento Foral como la transferencia de Tráfico a la Policía Foral, financiación del Convenio, acuerdos presupuestarios, tema de presos, incluso sobre el bloqueo a los derechos lingüísticos del euskera o tal vez incluiría también... el veto a partidos políticos molestos. Considerando también la enérgica respuesta del Sr. Sayas y del Sr. G. Adanero, conocidos por sus posturas de derecha un tanto extrema, cabría preguntarse qué otra línea roja se abría traspasado para ellos en el acuerdo. En resumen, toda una serie de hipótesis compatibles con la trayectoria política de un PSOE habituado a dirigir su sucursal navarra desde Madrid tras acuerdos secretos que luego, al concretarse, los tildamos de coincidencias puntuales, cuando en realidad siguen un hilo conductor, el fuerte hilo, la dura cadena, de los intereses de un Estado monárquico, de sus secretos y cloacas, orientadas a mantener un régimen de transición política inacabado, de forma permanente, y a jugar al estado de las autonomías y el respeto democrático con un Parlamento títere.

*Miembro de Antikapitalistak