Hace días la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Economía, Nadia Calviño avisó de que no volvería a posar en un photocall donde estuviera ella sola rodeada de hombres. El 51 % de la sociedad son mujeres.

Recientemente la invitaron a posar para la foto de rigor de un foro económico y, al percibir que era la única representante del género femenino, declinó la invitación. El presidente de los empresarios Garamendi calificó el gesto de “postureo”, mientras el de la patronal de Madrid, Garrido, simplemente no lo entendía.

No, señores, fue un gesto conveniente para visualizar la brecha de género aún existente. Y prueba de ello es que se ha abierto un debate sobre la regulación de la baja por menstruación incapacitante porque existe el riesgo a estigmatizar la contratación de mujeres.Estos comentarios -¿se sienten intimidados o temen ceder poder?- solo reafirman la necesidad de tales gestos. En cualquier caso, seguro que en próximos eventos presentarán mujeres válidas.