Creo que toda organización política no debe perseguir como objetivo su mantenimiento, sino que tienen que servir de instrumentos para trabajar en la mejora de la sociedad. EA consiguió este fin en los primeros años de su nacimiento: 1986. Por ejemplo, con sus constantes coaliciones con el PNV, tanto en la CAV como en Navarra; la coalición con NaBai, en la que parte de sus militantes y visibles cargos públicos se quedaron, aunque ya acordaron trabajar en la coalición EH Bildu... Se da la paradoja de que un concejal de EA fue en una legislatura fue portavoz de NaBai en una legislatura, y en la siguiente portavoz de EH Bildu en el Ayuntamiento de Estella-Lizarra. También hubo una excisión llamada Hamaika Bat, que se presentó a las elecciones municipales y forales y cosecharon un rotundo fracaso. Todas estas situaciones han ido debilitando al partido. No sé qué militancia tienen en la actualidad, me da que es un partido político de cargos. Hace años Pello Urizar dijo en una Asamblea Nacional en Vitoria-Gasteiz que el partido no tenía dinero, que los propios cargos lo tenían que financiar. Como se dice en el argot taurino, Eba Blanco le ha dado la estocada, pero antes los subalternos lo habían preparado. Pello Urizar, después del cargo, volvió a su ocupación habitual. El problema es que algun@s no tienen dónde volver. Y la carta de Esther Korres y Miren Aranoa del 13 de agosto parece más una lucha de cargos para ocupar sillón que otra cosa.