Soria es una provincia que no linda con Navarra por una breve lengua de tierra riojana, lo que hace que no seamos territorios vecinos en el sentido estricto de la palabra. Una cercanía que se comprueba con los apenas 170 km. de distancia de la capital soriana a Pamplona. Aún más cerca si hablamos de la Ribera. Un viaje que, si se realiza por la AP-15, dura unas dos horas. Este paseo sería aún más corto si la Autovía de Navarra de Soria a Tudela estuviera finalizada, pero esa es otra historia de falta de compromiso y palabra política. A pesar de ser prácticamente vecinos, es complicado saber si, a la vuelta a Soria, se va por buen camino o el GPS guía correctamente. ¿Por qué? Porque Soria no aparece en ningún letrero de la AP-15 desde Pamplona hasta prácticamente la salida a la N-113, pasado Valtierra. Como en muchos otros casos, Soria no existe. La señalización indica que se puede ir a Madrid (que está a 397 km. de Iruña), Zaragoza, incluso a Jaca o Huesca, pero ni rastro de una ciudad que está a dos horas de viaje y que, si algún día los políticos se ponen manos a la obra, conectará a través de la Autovía de Navarra. Mientras llega ese día, ver finalizado el tramo de dicha autovía entre Soria y Tudela, estaría bien que algún responsable de la AP-15 valorara añadir la palabra Soria en sus señales informativas. Aunque pequeña, es la capital de una provincia vecina, con vínculos de ida y vuelta, y esa carencia informativa consigue dar la sensación de que estamos mucho más lejos a pesar de estar aquí al lado.