Sábado 10 de septiembre, programa FesTVal en la cadena ETB2, algunas preguntas de la presentadora a Mercedes Milá y ella responde que le ha costado mucho esfuerzo conseguir que admitieran a "y han enfocado a un perro" en la sala de butacas del teatro donde se celebra ese evento, suelto, sin ninguna correa de sujeción, nada, con más libertad que cualquier persona. Según ella ese perro debía estar ahí y lo ha llevado al escenario donde recogía su premio. Señora Mercedes Milá, no tengo ninguna objeción a que usted disfrute de su perro, pero por favor, no nos obligue a los demás a que lo suframos, a que padezcamos la presencia de su perro por muy perro de su programa que sea.

Usted ha obligado a la organización a que admita a su perro, da igual como quiera que lo justifique, no tiene derecho a eso y usted es muy consciente de que con eso crea un precedente. Después de usted habrá otras personas que quieran llevar quién sabe qué a quién sabe dónde, pero lo peor: saltándose a la torera el respeto al resto de las personas. 

Usted, señora Mercedes Milá, se ha salido con la suya, pero nos hunde en la miseria a algunas personas.

Sí, le voy a explicar mi circunstancia: Tengo 66 años y llevo desde los 2 sufriendo el acoso, el abuso, etc, de muchos dueños de perros. Sí, así es. Toda mi vida, incluso ahora, muchos dueños de perros, al notar mi miedo, no sé qué les pasa, pero de alguna manera o sufren una transformación temporal o son así de deleznables, pero todo su afán es azuzarme el perro. Cuando era niña, otro niño del barrio azuzaba el perro cada vez que unas niñas salíamos a jugar. Yo, después de unos años de correr delante de aquel perro y escalar por las paredes, tenía miedo a los perros. Descubrí que lo que parecía un hecho aislado, era algo bastante habitual incluso hoy en día, de niña otros niños, de joven otros jóvenes y ahora en la vejez, cualquiera. Soy campo abonado para que numerosos dueños de perros azucen a sus mascotas hacia mí. Bueno, como cualquiera puede imaginar, tengo en mi haber unas cuantas anécdotas desagradables que han incrementado mi miedo. He probado infinidad de cosas inútilmente. Ahora solo me queda agradecer su comportamiento a los dueños respetuosos. Gracias a ellos, aun con dificultad, todavía puedo salir a caminar a la calle. Señora Mercedes Milá, ¿también es usted de esas que dice "no hace nada"? Otro error de su ofuscamiento, sí. Sabemos que hay personas que prefieren a su perro que a sus congéneres. 

Solamente le pido una cosa a usted, Mercedes Milá, y a otros dueños de perros: No olviden que su perro es suyo y solo para ustedes, que existimos personas que, además de no querer compartirlo con ustedes, tenemos serias objeciones para relacionarnos con ellos y que no queremos "tener el privilegio de disfrutar de su perro". No gracias, no.

Señora Mercedes Mila, hasta la fecha he sido una admiradora de su trabajo, admiración que siempre se extiende un poco a la persona, pero hoy he sufrido una gran decepción con usted. Usted no tiene derecho a obligarnos a convivir con su perro. Por favor, no lo olvide.

Creo que es consciente que si usted obliga a la organización de un evento a que lo admita, habrá numerosas personas que no recibirán este hecho con agrado, pero usted ha forzado las cosas para conseguirlo. Y algunas personas sufrimos por ello. Nos está faltando al respeto y nos causa daño.