Carlos Irigoyen (componente de la Orquesta Paulino Otamendi y de la Rondalla Armonía), alertaba en esta sección del problema que se está creando ante la falta de enseñanza pública de los instrumentos de plectro (púa): bandurria, laúd y mandolina. Por eso nos unimos a la denuncia pública de las bandas de música, que luchan por la “cultura popular” por amor al arte.

¿Qué pasa cuando alguno desea ampliar sus conocimientos instrumentales de plectro en escuelas públicas de música y posteriormente en conservatorios? La respuesta: que no hay profesorado para ello, dado que tanto el Departamento de Educación del Gobierno Foral como los de los organismos locales no destinan un euro para poder contratarlo, por lo que ese alumno debe desplazarse a otra comunidad, con el consiguiente perjuicio económico.

La Federación Navarra de Bandas de Música, integrada por sesenta agrupaciones, advierte que la pandemia “ha provocado crisis en determinadas bandas por falta de compromiso institucional”.

Los grupos, bandas como instrumentos de plectro, se tienen que buscar la vida alquilando y adecuando bajeras para ensayar

Si en 2021 se hablaba de “una época de bonanza, la pandemia ha ido mellando en la afición musical”. Los directores de banda, han detectado “que se ha perdido el compromiso, calificando al covid como una excusa”, denuncia que compartimos el mundillo de plectro.

En resumen: tanto bandas como conjuntos de plectro están en crisis, alguno a punto de desaparecer.

El autor es componente de la Rondalla Armonía.