Ateniéndonos solo al sonido de las palabras se pueden multiplicar los ejemplos, sin decir si pertenecen al romance o al vascuence, no podremos saber qué significado tienen: aga, arto, asco, bala, bete, baño, biga, borra, bota, cera, erre, labe, lana, meta, negar, pica, pilla, urra o zorra; producen el mismo ruido, pero su sentido difiere por completo, esto ocurre con otras lenguas hoy y ocurrió antaño, pues a lo que parece tomaron a Tutela en la Vasconia de la época de Marcial por nombre no vasco sino latino, y así, como si de una chistera se tratara, se sacaron el atípico ruido de Tutera.

Entre la l y la r aparecen algunas dudas, no solo cuando oíamos: “pol favol, un café”, sino cuando nos vemos ante Araiz, Alaiz, Arbizu, Albizu, Elizondo, Erizondo, Ulzurrun, Urzurrum, Almorabide, Armorabide, Bartierra, Baltierra, Sarazar, Salazar, Aragón, Alagón, Uribarri, Ulibarri, Arguedas, Alguedas y un largo etcétera, pero nunca en el caso de la ciudad del Queiles, que ha conservado el nombre prácticamente como sonaba hace dos mil años, atestiguado por uno de los mejores lingüistas de la época romana.

Centenares de jóvenes navarros entre los años 50 y 60 del siglo pasado por las armas tenían como texto de historia de la lengua el libro de Jaime Oliver Asín, que al tratar del ibérico decía: “Marcial, aragonés, no se avergonzaba, ante los romanos de pronunciar voces ibéricas, hasta con orgullo, por ser de su tierra: no nos avergüenza cantar en nuestros gratos versos -le dice al romano Lucio- los nombres más duros de nuestra tierra, ya que nacimos de iberos y celtas. Son estos nombres Salo (hoy Jalón), Tutela (Tudela), Rixama, Cardua, Peteron, Rigas (¿Ricla?)… ¿No te mueven a risa, oh delicado lector, estos nombres tan rústicos? Añade Marcial: ¡ríete en buena hora, que yo prefiero estos tan rústicos a tu Bituntum!”.

Cualquiera puede repasar del libro IV el epigrama 55 de Marcial donde se lee en el verso 16 la cita a “Tutela”, que deja claro que se trata de un topónimo autóctono, diríamos iberiko-euskeriko y decir o escribir “Tutera”, parodiando el cambiazo de tan mal gusto, es un “dispalate”.