Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), cerca de millón y medio de ucranianos han sido acogidos en Polonia de forma permanente, con lo que se asegura la mano de obra que necesita para paliar su déficit demográfico y la fuga de mano de obra no cualificada a Inglaterra, Alemania y Noruega.

Polonia busca convertirse en un actor local en el avispero de Europa Oriental y extender su influencia hasta la zona ucraniana al reclamar su derecho a incorporar al mapa polaco la región ucraniana de Lviv que ya fue ocupada por Polonia de 1918 a 1939.

Así, según el director del Servicio de Inteligencia Exterior (SVR) de Rusia, Sergey Naryshkin, en declaraciones a RIA Novosti,“ los líderes de Polonia tienen la intención de celebrar referéndums en el oeste de Ucrania para lograr la anexión de los territorios de Lviv, Ivano-Frankivsk y la mayoría de los oblasts de Ternopil en Ucrania”.

Dicha operación contaría con las bendiciones de Zelensky, Gran Bretaña y los países bálticos, y tendría como objetivo maquiavélico instalar misiles Patriot en dichos territorios y forzar la entrada de la OTAN en el contencioso ucraniano. 

Así, tras la caída en territorio polaco de un cohete antiaéreo ucraniano que falló al interceptar un misil ruso, Polonia ha pedido a Alemania misiles Patriot estadounidenses que pueden derribar misiles rusos a cientos de kilómetros a pesar de que Polonia ya cuenta con estos misiles en la base aérea de Rzeszow.

El objetivo polaco es poder manejar personalmente los Patriot para interceptar misiles rusos y provocar la expansión del conflicto con la entrada de la OTAN en el avispero ucraniano con la esperanza de que Moscú interprete como una declaración de guerra la intercepción de un misil ruso por parte de Polonia en territorio ucraniano.

El autor es analista