Tras más de 7 años siendo directora del EAP de Lesaka, he tomado la decisión de dimitir de mi cargo a 31 de diciembre de este año.

La situación en la que se encuentra la Atención Primaria es de todos conocida, por ser de actualidad en todos los informativos. El problema de falta de financiación, de reconocimiento y de profesionales es tema común en todo el Estado, pero parece que no nos preocupa hasta que nos afecta directamente.

En esta situación, a día de hoy me siento en la necesidad de dejar mi cargo ya que he perdido la confianza en el Servicio Navarro de Salud y en sus responsables. Ya que ante la falta de profesionales (bajas y vacantes por jubilación sin cubrir, falta de sustituciones crónica..) se suma la ausencia de un plan de mejora de la situación, sin ideas ni objetivos a corto, medio ni largo plazo, con la certeza de que mientras se saque adelante el trabajo, aunque sea a costa de la salud de los trabajadores, todo vale, sin tener la mínima consideración por un equipo que intenta hacer lo mejor posible su trabajo dando el 200% en cada situación que lo ha requerido, sin hacer ruido y con una población sufrida, que aguanta el que no haya recursos suficientes... Estamos lejos de Pamplona, y por ello nunca va a haber nadie que a igualdad de oferta vaya a aceptar las condiciones que se necesitan para venir a trabajar hasta aquí (más de una hora de mala carretera), y la competencia con Osakidetza es muy difícil dada la diferencia en los salarios con Osasunbidea. No se nos reconocen los resultados de salud, el bien hacer del equipo, y solo se nos ponen más trabas para poder seguir siendo el centro de salud que necesita nuestra población.

Ya no puedo ser yo la que exija a el equipo el sobreesfuerzo que supone cada día para todos el trabajar en estas condiciones (falta de agendas para citar la demanda que sobrecarga a las administrativas, enfermeras sin compañeras médicas que tienen que asumir una tarea que no les corresponde y médicas con agendas infinitas y teniendo que hacer horas extras para poder acabar cada día con la atención a los pacientes que se necesita...), cuando esto no les importa a nuestros responsables ni al servicio de personal, que son capaces de asignar a otros equipos mejor dotados los recursos que a nosotros nos niegan. Yo no voy tampoco a ser la cara visible de esta mala gestión a la población de nuestra zona, a mis vecinos y amigos, ya que desde hace 10 años yo también soy una vecina más de este rincón de Navarra.

Voy a seguir trabajando lo mejor que sé para dar respuesta a las necesidades de la población como médica y apoyando y trabajando en el equipo del centro de salud, pero dejo la dirección que actualmente solo me da trabajo sin ninguna satisfacción a cambio.

Por todo esto, a final de este año renuncio a la dirección del centro de salud de Lesaka, pero seguiré siendo la médica de Etxalar y Bera, la tutora de los residentes que nos eligen para formarse y la compañera de este magnífico equipo en el que trabajo.

*La autora es médica de familia