El equipo de la escuela infantil Hello Buztintxuri, a través de estas líneas, queremos manifestar nuestra más profunda preocupación ante los rumores de una posible subida de ratios para el curso 2023-2024.

Este aumento de niños y niñas supone una modificación en los agrupamientos tal y como los conocemos hasta ahora, un cambio que en nuestra escuela ya estamos sufriendo. Los agrupamientos se han convertido en grupos mixtos y esto, para quien no vea el problema, se traduce en que al comienzo de curso hay conviviendo en un mismo espacio criaturas de 4 meses con niños y niñas de 19 meses. Todo esto acarrea dos dificultades principalmente, por un lado la dificultad de poder seguir respetando y garantizando que las necesidades más básicas de los más pequeños sean cubiertas, y por otro lado nos dificulta mucho poder ofrecerles a los más mayores toda la oferta de propuestas pedagógicas que la escuela tiene diseñadas sacrificando la línea pedagógica para convertirnos en un servicio con carácter más asistencial.

Los espacios de nuestras escuelas no están preparados para el volumen de alumnado que se quiere añadir, y tampoco para respetar sus características evolutivas. ¿Sabes que a cada niño navarro le corresponde solo 1,76 m2 de espacio en un aula? Señores, las cuentas no nos salen, 30m2 para 16 criaturas y quieren meter más. Y todo esto respaldado únicamente por el buen hacer de dos educadoras por grupo.

Las profesionales de las escuelas sentimos una gran frustración al ver que el trabajo diario que realizamos desde el respeto, dedicación e individualización se está viendo comprometido ya que no podemos garantizar el bienestar físico, emocional y educativo que estas criaturas y sus familias se merecen. Nos es imposible cumplir con la línea pedagógica de las escuelas municipales de Pamplona, un referente más allá de nuestras fronteras, pero así es inviable.

También nos gustaría añadir que cada vez son más familias con las que tenemos que trabajar y nos es muy complicado llegar a todas ellas y darles un espacio de calidad como nos gustaría, bien en el día a día o bien para temas más importantes, porque de su bienestar depende el de las criaturas. Cada vez son más los problemas psicosociales con los que nos encontramos en el alumnado y es muy complicado hacer un buen seguimiento, escucharles y que se sientan arropados por la escuela.

Con todo ello, la motivación y la energía de las profesionales flaquea, y este es un punto muy importante a cuidar, ya que si el personal educativo no está motivado, conlleva a que caigan enfermas por diferentes patologías, pero muchas de ellas se dan por ansiedad, estrés, dolencias musculares, etcétera. Esto nos lleva a que la educadora de referencia falte en el aula y haya un constante cambio y posterior adaptación para las criaturas.

Nos gustaría transmitir las implicaciones tan negativas que supondría dicha subida de ratios ya que implica masificar, más aún, nuestras escuelas. No olvidemos que en mayo del 2023 hay elecciones municipales y este hecho puede suponer un punto electoral, ya que la ciudadanía puede sacar la lectura de que habrá 110 plazas más para los niños y niñas de Pamplona. Pero tristemente no es así; aumentar las plazas no implica poder mantener la calidad, disminuye considerablemente el bienestar físico y emocional de nuestras criaturas.

Es hora de que la sociedad navarra se tome en serio el futuro y bienestar de las personas más vulnerables, por eso no podemos quedarnos impasibles ante este atropello.

Estamos realmente preocupadas porque esta decisión basada meramente en réditos políticos se lleve adelante. Está claro que a la clase política no le importa los niños y niñas de Pamplona.

*Las autoras son: Inés Zazu Artuch; Pilar Vázquez de Prada y de Apraiz, Lledó Lau Roig, Zuriñe Iborra Zabalza; Loinaz Arano Labayen; Maider Garjon Alastuey; Ainhoa Rollizo Alemán; Jaione Teruel Echezarreta; Rebeca Pascual Zuasti; María Sánchez Soto; Haizea Vicente Burgui; Izaskun Herrera Diago; Maite Huerto Calero; Vanesa María Abaurrea Azpiroz; Antxone Etxaide Arbizu; Maite Roncal Aguas; María Elena López de Zubiria Otamendi; Carmen Chamorro García