Dado que el partido contra el Real Madrid ha sido señalizado por la Liga el sábado 18 de febrero a las 21 horas, la directiva del club, presidida por el señor Sabalza, ha decidido declararlo Día del Club, lo cual no me parece mal porque independientemente de la directiva que ha guiado el club, ha sido la tónica general y es un buen partido para realizar un ingreso extra a las maltrechas arcas del club rojillo. Yo, como despistado socio, desde octubre del año 2000 (número 3.279) el lunes día 13 me dispuse a reservar mi sitio (el mismo que llevo disfrutando desde hace 23 años) y es ahí cuando llega mi sorpresa, el plazo para socios se cerró el domingo a las 23.59 horas, casi 6 días de antelación con el inicio del partido (hecho nunca antes realizado). Como las personas nos diferenciamos de los animales en que razonamos (algunos), me dispongo a ir a las oficinas del club en cuanto mi jornada laboral me lo permite (lunes a las 18 horas). Pero ahí la sorpresa cambia de color, me informan que he perdido el derecho que tengo sobre mi asiento y si lo deseo puedo adquirir una localidad a precio del público en general, hecho que no comparto y a lo que me niego rotundamente.

Desde aquí aprovecho para felicitar al señor Sabalza y a su junta directiva por su gestión deportiva. Me emociono cada vez que veo la clasificación, también ante la posibilidad histórica de una nueva final de Copa y cómo no, cada vez que veo un nuevo canterano sobre el césped de El Sadar. Aparentemente también puedo felicitarlos por su gestión económica del club (se certificará cuando entre otra directiva), pero lo que nunca podré es felicitaros por el trato al socio, a la afición rojilla, esa con la que se os llena la boca cada vez que dais una rueda de prensa y nunca teneis un mínimo detalle con ella. Entiendo que esto es un hecho aislado y no tiene la menor trascendencia, ni es lo que pretendo con estas líneas, lo único que deseo es no ver El Sadar (mi Sadar) el sábado lleno de banderas blancas, como le ocurrió al actual líder de la Liga en abril del año pasado por la avaricia de su junta directiva.

Este sábado viviré un hecho histórico, ver por primera vez un Osasuna-Real Madrid desde el sofá de mi casa. No por eso dejaré de animar a mi equipo, porque independientemente de quién lo dirija siempre será mi equipo. Ese con el que me emociono desde que tengo uso de razón. Ese que me metió en las venas mi tío Patxi y desde aquí se lo agradezco y le mando un saludo. Ese que tantas alegrías y penas, casi a partes iguales nos da. Ese sentimiento que el que no lo siente no es capaz de entender. Es por eso que ahora y siempre, con la mano en el corazón y allí donde esté gritaré: ¡Aupa Osasuna!