El pasado sábado, en un partido de fútbol que se disputó en las instalaciones deportivas de la cuesta de Beloso a las 16:30 horas, jugadores de dos equipos de fútbol juvenil, entrenadores y público asistente fuimos testigos de lo que no debe hacer un árbitro.

El colegiado, tuvo una actitud despectiva hacia todos ellos, jugadores, entrenadores y público. A uno de los jugadores locales le insultó diciéndole "eres bobo y tonto" y a otro, antes de expulsarle, le dijo que "no estoy para aguantar a gilipollas como tú". Eso por protestarle un fuera de juego no señalado. Le puede amonestar, sí, pero no insultar. Además, a este jugador le empujó para que saliera del campo diciéndole "a la puta calle".

A los entrenadores del equipo rival les sancionó con sendas tarjetas amarillas por protestar de manera calmada, dos feas entradas de un jugador del equipo local. Tras enseñarles las tarjetas les gritó "si volvéis a hablar, solo a hablar, os echo a la calle". No acabó ahí su actitud chulesca y retadora. A varios jugadores les expresó la opinión que tenía sobre nivel de la competición en la que él mismo estaba arbitrando, "qué os creéis, estáis jugando en una puta segunda juvenil de mierda". Aún tuvo tiempo de encararse con una persona del público cuando le reprochó esa actitud chulesca.

Felicitaciones a los jugadores, entrenadores y afición de ambos equipos por la manera en la que se desarrolló el partido. Partido calmado con merecida victoria visitante y en el que sólo el árbitro pudo hacer que los ánimos se calentaran. Gracias a la actitud de todos, chavales, entrenadores y público, se evitó que las cosas fueran a mayores.

A los responsables de la Federación Navarra de Fútbol, no dejen al fútbol base abandonado. Preocúpense por sus árbitros, fórmenlos, guíenlos y contrólenlos. Arbitrajes como el del sábado pasado no ayudan a nadie. Como una vez me dijo una persona muy inteligente, "no se puede dar un uniforme a cualquiera".