El pasado miércoles, día 17 de mayo, fallecía en su domicilio mi querido suegro Mari, rodeado de su larga y prolija familia, su mujer, hijos y nietos, de una forma sosegada y natural, siempre lúcido en todo momento y despidiéndose de sus seres queridos. Sus familiares estaremos siempre agradecidos a la Unidad de Hospitalización Domiciliaria y al Centro de Salud de Iturrama por haber posibilitado su fallecimiento en casa, íntimo, lejos del ambiente frío e impersonal de un hospital, circunstancia que sin duda nos facilitará el duelo por su partida. Queremos también agradecer especialmente a la doctora Mari José, así como a su enfermera Karmele, del centro de salud, por sus atenciones, visitas a domicilio y profesionalidad a lo largo de estos últimos años.

En estos tiempos de crítica constante contra la sanidad pública, muchas veces desbordada por las constantes y legítimas demandas de una población envejecida y por la limitación de recursos, es de resaltar cómo la institución se reinventa y se adapta a las nuevas realidades demográficas, optimizando estos recursos y creando otros nuevos como por ejemplo la Hospitalización Domiciliaria y la Unidad de Crónicos, prodigando un ambiente familiar y más humano al enfermo, todo ello imbuido de la filosofía de los médicos de pueblo, de antaño.

Os animamos a seguir por esa línea y muchas gracias por todo.