En una una marquesina publicitaria urbana aparece el siguiente texto Cuando era joven nadie me explicó que lo peor de envejecer fuese la soledad, la publicita Amigos de los Mayores. Esta realidad se está produciendo en nuestra sociedad. La soledad no deseada, no solo para las personas mayores, también existente en las personas más jóvenes, va creciendo de forma silenciosa.

Por otro lado, estamos asistiendo al aumento en el número de suicidios, autolesiones, acoso escolar, ansiedad, depresión, estrés, formando parte en nuestra ciudad, barrio, calle y del entorno más cercano. Los fármacos para paliar los problemas en salud mental están incrementando su consumo; Estados Unidos tiene una importante crisis por el consumo de opiáceos. Mientras, los movimientos sociales en relación a las distintas ideologías políticas prácticamente han desparecido no solo en nuestro país, también en casi todos los países democráticos.

A su vez, los medios de comunicación hablan de izquierdas y derechas, en tanto se están produciendo problemáticas sociales de profundo calado sin ser atendidos por ninguna fuerza política. A las manifestaciones políticas del pasado siglo, en este siglo XXI están surgiendo en el silencio más absoluto unos cambios sociales que reflejan la soledad y el individualismo de las personas. Son choques culturales, acontecidos en poco espacio de tiempo, siendo desoídos por los poderes públicos, que siguen con su guión del pasado.

En resumen, los cambios tecnológicos, el medio ambiente, los problemas en salud mental, las desigualdades de toda índole, son característicos de la sociedad actual, en espera de ser atendidos por los poderes públicos. No es de extrañar que la brecha existente entre la clase política y los votantes vaya en aumento conforme va pasando el tiempo.